El compromiso de un individuo por transformar su entorno y las condiciones del mundo donde habita, es una acción que viene produciéndose con el inicio de las primeras civilizaciones.
Ese compromiso, es de incalculable valor y continua como herencia en el espíritu de muchos jóvenes progresistas en acción. Luchadores de la participación social, de la comunicación con la ciudadanía y de la defensa de los derechos y de las legítimas aspiraciones como persona.
En un momento determinado, se producen cambios históricos que unen a una generación, y en un sentido más amplio, estos cambios suelen venir acompañados de una mayoría social. Hace ya cuatro años, se produjo un giro histórico y este país confió en un cambio tranquilo, en una transformación social que condujera este país a quererse, a valorarse a sí mismo, a encontrar una identidad distinta, mucho más libre, mas plural, frente a una etapa de oscurantismo, casi del medievo.
Las generaciones que en este país nos han precedido han tenido puntos de referencia, que han producido importantes cambios históricos. Ahora nos toca a los y las jóvenes de esta generación hacernos el guión y afrontar con creatividad, con voluntad, con consistencia y trabajo momentos de gran intensidad.
El mundo es o será nuestro, pero eso no garantiza de que vaya a ser mejor o peor; eso dependerá de nuestras decisiones, de nuestra solidaridad, y de nuestro compromiso ciudadano.
La historia no se ha terminado, lo pasado solo podemos describirlo. Escribir la historia es labor diaria de todos, sin que al hacerlo, tengan que chocar generaciones.
Tenemos una responsabilidad, participar es contar, participar es decidir, nadie puede quedar impasible, queda mucho por hacer, mucho por realizar, solo con el apoyo y la participación de todos y todas, con la intervención en lo público y la buena conducción de lo privado podemos seguir avanzando al ritmo deseado. Ahora sí sabemos que vamos allí, rumbo a la plural perfección.
Ese compromiso, es de incalculable valor y continua como herencia en el espíritu de muchos jóvenes progresistas en acción. Luchadores de la participación social, de la comunicación con la ciudadanía y de la defensa de los derechos y de las legítimas aspiraciones como persona.
En un momento determinado, se producen cambios históricos que unen a una generación, y en un sentido más amplio, estos cambios suelen venir acompañados de una mayoría social. Hace ya cuatro años, se produjo un giro histórico y este país confió en un cambio tranquilo, en una transformación social que condujera este país a quererse, a valorarse a sí mismo, a encontrar una identidad distinta, mucho más libre, mas plural, frente a una etapa de oscurantismo, casi del medievo.
Las generaciones que en este país nos han precedido han tenido puntos de referencia, que han producido importantes cambios históricos. Ahora nos toca a los y las jóvenes de esta generación hacernos el guión y afrontar con creatividad, con voluntad, con consistencia y trabajo momentos de gran intensidad.
El mundo es o será nuestro, pero eso no garantiza de que vaya a ser mejor o peor; eso dependerá de nuestras decisiones, de nuestra solidaridad, y de nuestro compromiso ciudadano.
La historia no se ha terminado, lo pasado solo podemos describirlo. Escribir la historia es labor diaria de todos, sin que al hacerlo, tengan que chocar generaciones.
Tenemos una responsabilidad, participar es contar, participar es decidir, nadie puede quedar impasible, queda mucho por hacer, mucho por realizar, solo con el apoyo y la participación de todos y todas, con la intervención en lo público y la buena conducción de lo privado podemos seguir avanzando al ritmo deseado. Ahora sí sabemos que vamos allí, rumbo a la plural perfección.
